Muchas de las estaciones de metro de Tokio carecen de ascensores que vayan desde la superficie a la misma, y las escaleras mecánicas tampoco están pesentes en todas ellas, con lo que en muchas ocasiones la única entrada y salida son unas largas y pesadas escaleras.
Ancianas con equipaje, madres con carritos, personas muy cargadas… tienen que superar en solitario esas escaleras como buenamente pueden. Todas, menos las de una estación en concreto donde el mismísimo Power Ranger Verde hace guardia para ayudar al prójimo. Este Power Ranger es en realidad un hombre de 27 años llamado Tadahiro Kanemasu que tres meses atrás decidió que quería ayudar a los demás, así que ni corto ni perezoso, fue a una tienda y se compró unos disfraces de Power Ranger Verde por 4.000 yenes. Desde entonces dedica unas cuantas horas diarias a hacer buenas acciones sin esperar nada a cambio.
La inspiración le vino cuando los niños le hablaban del color de su uniforme en el trabajo, una verdulería con productos orgánicos.
“Los japoneses no son muy dados a aceptar ayuda porque sienten luego cierta obligación con la persona que les echa una mano, con lo que el disfraz ayuda bastante“, decía Kanemasu.
Hayato Ito es un compañero de trabajo de Kanemasu que le conoce bien, y dice que siempre ha sido muy amable, con lo que este extraño alter ego suyo de “superhéroe de barrio” no le ha pillado por sorpresa.
“Ya había pistas hacía tiempo, pero al fin ha florecido como héroe“, comentaba Ito.
Kanemasu admite que al principio la cosa no fue como él pensaba, y que la gente solía tenerle miedo y pedirle que se fuera cuando se acercaba a ayudar.
“Cuando comencé con esto, la gente me miraba y me decía “lárgate, tío raro”. Ahora todavía piensan que soy un tío raro, pero en el buen sentido“.
A Kanemasu le gustaría poder reclutar más personas que lleven trajes de otros colores para poder ayudar a los demás como él lo hace. De hecho ya tiene aspirantes a rojo y rosa.
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